Ana María Gómez Vélez
En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.Julio Cortázar
Cortázar y yo tenemos una relación de amor y odio. Lo he leído apasionadamente y también lo he dejado atrás. Aparte. Como una vergüenza que se quiere ocultar. Me gusta cómo crea el suspenso. Pero sus finales abiertos me desconciertan. Y digo exasperada: no lo vuelvo a leer. Pero retorno a sus brazos como a un amante entrañable.
Cortázar escribía cuentos, novelas, poemas, ensayos, crítica. Sus traducciones literarias, como la de la novela Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, merecen capítulo aparte. Ahora me referiré casi exclusivamente a sus cuentos.
A Edgar Allan Poe lo leímos en Colombia, en Latinoamérica, de la mano de Cortázar, de sus traducciones. Porque una traducción debe involucrar a quien la hace en la medida en que compromete su manera de escribir y su interpretación. De esta manera es el traductor universal de Poe al español. Y tuvo entre sus fuentes la traducción que Charles Baudelaire hizo de los cuentos de Poe al francés. Porque, como Cortázar afirma: “Es inquietante y fascinante pero yo creo –y muy seriamente– que Poe y Baudelaire eran un mismo escritor desdoblado en dos personas”. (1)
Cortázar habla de situaciones normales, cotidianas, que se tornan extraordinarias en algún momento. Sus palabras son sugerencias. Nunca dice las cosas directamente, como buen poeta, que sí lo era. Por ejemplo, en Casa tomada. ¿Quien se la tomó? Son unas presencias que se escuchan. Que se sienten. Nunca se ven y nadie sabe quiénes son. Para el escritor Medardo Arias Satizábal, son los libros los que se toman la casa. Esa apreciación de Arias es nueva, para mí eran fantasmas, hasta el domingo pasado cuando hablamos del cuento.
Cortázar tiene una composición cinematográfica en el ritmo de sus cuentos, en la creación de escenas, en los personajes, en las imágenes. Crea atmósferas. Condiciones que son perfectamente creíbles en la lógica del cuento. Situaciones verosímiles y descabelladas. Cumple con el convenio de la escritura: te contaré una historia, vos me leerás hasta el final, porque te voy a mostrar las cosas y te voy a atrapar en una madeja invisible.
Cortázar con su mirada oblicua de las situaciones, da otro giro a la tuerca. Nunca sabes con qué saldrá y, a veces –muchas veces– esperas que al leer de nuevo el cuento, cambie.
Otra de las características de Cortázar es identificarse y reivindicar personajes perdedores, como en el cuento de largo aliento El perseguidor que dedica a Charlie Parker. Allí un jazzista que toca el saxo tiene múltiples peripecias y está al borde del abismo entre las drogas y su neurosis. Y Cortázar lo descubre como un hombre adelantado a su época y muestra que el músico es el que está lúcido y este mundo absurdo de la vida cotidiana es el que lo frena y lo atrapa. Hace una disertación sobre el tiempo, la música y esa inasible fascinación que tienes al escuchar un saxo alto en una improvisación de jazz. Esa sensación que te dejó detenida en el tiempo infinito.
¿Qué hace que Cortázar sea un escritor especial? Su mirada, escudriñadora que pone un reflector en una situación común y que nos habla de la cotidianidad, de sensaciones, de sentimientos. Quién, en su adolescencia no sufrió el oso de tener que sacar a pasear a alguien como en Después del almuerzo, nunca sabremos quién es el ser al que pasea, pero queda la sensación y la solidaridad con este adolescente tímido que debe cumplir su destino. Me encanta de Cortázar la manera tan personal que hace del manejo del lenguaje que con palabras sencillas hace mundos nuevos, crea situaciones diferentes.
Escribió muchos textos reflexionando sobre el ejercicio de escribir. Tiene una poética del cuento. También en las entrevistas aparecen sus razones bien establecidas. Dejemos que sea el mismo Cortázar quien nos hable:
Para mí, un cuento, tal como yo lo concibo y tal como a mí me gusta, tiene límites y, claro, son límites muy exigentes, porque son implacables; bastaría que una frase o una palabra se saliera de ese límite, para que en mi opinión el cuento se viniera abajo. Y he visto muchos cuentos venirse abajo por eso, por destruirlo todo en el último momento, por ejemplo, con una tentativa de explicación de un misterio, cuando el misterio era más que suficiente en el cuento, cada uno podría encontrar allí su propia lectura, su propia interpretación. Hay gente que malogra cuentos poniéndolos excesivamente explícitos, entonces la esfera se rompe, deja de ser el orden cerrado. (2)Y este guiño crítico: “Para mí el estilo es una cierta tensión y esa tensión nace de que la escritura contiene exclusivamente lo necesario. Imagínese que la araña que hace de su tela un modelo de tensión, después le sacara unos flequitos de costado y los dejara colgar... La mala literatura está llena de flequitos”. (3)
Era un hombre que amaba la música y en especial amaba el jazz. Se sienten las descargas de improvisación en sus textos. Y como el jazz es una música libre y él también se libera de las amarras y escribe sin pensar. De allí su innovación en la novela Rayuela que fue un éxito mundial, y aún ahora, casi a 50 años de publicada se sigue leyendo y vendiendo.
Cortázar como Borges es un gran maestro de la literatura. Y, aunque vivió casi treinta años en París, sus textos literarios siembre los escribió en español. Cortázar habitaba dos ciudades Buenos Aires y París. Muchas veces, su Buenos Aires le llegaba en las voces de los escritores argentinos y latinoamericanos que llegaban a cumplir ese rito, esa cita con la literatura que era vivir París.
Su tumba en el cementerio de Montparnasse de París, es lugar de peregrinación obligada para amantes de la literatura. Allí dejan regalos: poemas, cartas, flores, cigarrillos y hasta vasos llenos de vino. Hoy, cuando se cumplen tantos días de su escritura que sigue viva, digo hasta siempre Julio.
Adentrarse en la escritura de Cortázar es moverse en laberintos de palabras, en mundos creados para caminar sin brújula. Cortázar encontró una manera muy personal de mostrar que la vida sigue siendo una fantasía y que el juego es lo que nos mantiene vivos en este mundo.
Cali, sábado 2 de junio de 2012
(1, 2, 3) Conversaciones con Cortázar, [Fragmentos], Ernesto González Bermejo. http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/cortaz4.htm
Te felicito; me gusta el enfoque.
ResponderEliminarMedardo
Te recomiendo visitar este blog donde encontrarás textos de
ResponderEliminarMercè Rodoreda.
http://www.visat.cat/traduccions-literatura-catalana/esp/fragments/8/10/0/2/prosa/merce-rodoreda.html
Un comentario sobre la novela de Mercè Rodoreda
ResponderEliminarhttp://www3.nccu.edu.tw/~cyyang/data/La%20voz%20narrativa%20de%20Natalia-%20C.Y.%20Yang.pdf
Hola Ana.
ResponderEliminarQuería Felicitarte por el Ensayo que publicaste.
Qué buen texto!! Un muy buen ensayo, sin dejar de lado tu pluma poética. Es rítmico, de suave lectura, es informativo y amigable al mismo tiempo.
Muy Bueno!!
Chau y Feliz Año
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Jullieth Rincón.