jueves, mayo 10, 2012

Mi párrafo crítico sobre Gabriel García Márquez



por Ana María Gómez Vélez

 
Lo único mejor que hablar sobre literatura es hacerla
GGM

Escribir sobre Gabriel García Márquez puede sonar a llover sobre la lluvia que moja los cultivos y las matas de plátano. Es como hacer escarpines para la niña María que camina descalza todo el tiempo.
Solo es cuestión de mirar y remirar. De acordarse de lo que se leyó en otras épocas. De pensar y sentir que la vida puede ser maravillosa y siempre está allí. Cuantas veces leyendo un cuento de Gabriel García Márquez sentí que narraba los hechos de mi propio lugar. Cómo me sorprendí riendo por su humor claro y patente. 

Tiene el don de narrar. Algo que no se puede atrapar en el aire, que nace con la persona. Nadie puede escribir como él. Su estilo es único. Puedes encontrar un poco de su esencia. Pero no podrás nunca hacerlo así. Podría decirse que mezcla sutileza con dulzura, algunas o muchas palabras escatológicas en episodios llenos de poesía. 

Mi abuelo –sabio en letras y palabras– nunca soportó estas características "es sumamente vulgar en el lenguaje" decía. En cambio para mi gusto, nunca resultará barato, ni recargado. Confieso que no he leído su obra posterior a la edad dorada, o sea no he leído Del amor y otros demonios ni Memoria de mis putas tristes. Pero sí leí con todo el conocimiento de causa Cien años de soledad, la disfruté tanto a mis quince años que les rogué a mis compañeras para que me dejaran hacer el ensayo sobre la obra en la clase de lenguaje (qué tontería no conservar ese texto). 

Nunca suena discordante. Tiene una prosa muy cuidada. Y si es verdad que son los temas que siempre arrullaron a la gente de cualquier lugar de América, los narra con una palabra que hace que las cosas vuelvan a crearse, porque la palabra de García Márquez crea el mundo de nuevo. Cada vez que leo sus textos estoy en la nube más alta y doy gracias por conocer las letras y que alguien pueda unirlas con esos hilos invisibles que me atan.


1 comentario:

Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope