sábado, abril 14, 2012

Fervor de Borges


Columna de opinión

Por Ana María Gómez Vélez

Se infiere de las intrusiones o hurtos, que todo el documento es apócrifo. 
 El inmortal J.L. BORGES

Borges en mi mesa fotografía AMGV


Camino tranquilamente en La Playa con El Palo. Cielo transparente. Brisa suave. Veo palmeras y árboles con flores. Mucha gente camina. Vendedores, gritos, pitos de los carros, ruidos. Sigo pensando que Medellín es muy diferente de Cali. Quiero tomar un café así que me acerco a uno de los cafecitos que tienen sombrillas en esta calle peatonal. Pienso que todo sería más fácil si él estuviera conmigo. 
Abro la carta que me acaba de llegar de Buenos Aires es mi amor tan lejano. Estoy un poco nerviosa por saber qué dicen sus palabras.
 “Afuera hay un ocaso, alhaja oscura Engastada en el tiempo, Y una honda ciudad ciega De hombres que no te vieron. La tarde calla o canta. Alguien descrucifica los anhelos Clavados en el piano. Siempre, la multitud de tu hermosura.   A despecho de tu desamor Tu hermosura Prodiga su milagro por el tiempo. Está en ti la ventura Como la primavera en la hoja nueva. Ya casi no soy nadie, Soy tan sólo ese anhelo Que se pierde en la tarde. En ti está la delicia Como está la crueldad en las espadas. Tú Que ayer sólo eras toda la hermosura Eres también todo el amor, ahora".
Amada mía todos los días pienso en ti. Cuando llego a la biblioteca abro nuestro libro favorito y allí entre las palabras es tu voz la que lee, no es este hombre que está a mi lado leyendo los poemas que le pido. Es tu voz. Estás conmigo nuevamente. Jorge Luis
Dos lágrimas resbalan de mis ojos, caen al café. La nostalgia se parece a esa música que escucho de lejos, es una milonga. Abro mi bolso y encuentro su libro: Fervor de Buenos Aires. 
Ahora tu recuerdo me llega entre las palabras de nuestro querido amigo Matraca. Harold Alvarado Tenorio narraba cómo escribió un prólogo para su libro y lo firmó como Jorge Luis Borges.  Hubo una larga polémica de los académicos en Colombia discutiendo la autoría de ese prólogo. Borges supo del prólogo, lo leyó, lo examinó y declaró “Pienso que el “prólogo” es una afortunada parodia, que debo agradecer”. El encuentro entre Borges y Alvarado se llevó a cabo muchos años después.  Antes. Eso era antes del cambio de Harold. Pero esa es otra historia.
Borges dijo en una grabación que me acompaña siempre: 
"Límites, en mi opinión, pero no hay razón alguna para que la opinión del poeta valga más que la de los lectores, este poema es el mejor o, mejor dicho, el menos malo de los míos. Su virtud consiste en expresar algo verdadero y algo que, si no me engaño, no ha sido expresado todavía por la poesía:  De estas calles que ahondan el poniente alguna habrá no se cual que he recorrido ya por última vez.  (…) Creo en el alba oír un atareado Rumor de multitudes que se alejan; Son los que me ha querido y olvidado; Espacio, tiempo y Borges ya me dejan".

Querido Gorgi, como te decía mi suegra, alma bendita que esté en la gloria, te dejo entre las paredes de esta casa, en esta biblioteca que fue nuestra y que vio cómo me mirabas en la sombra. Yo fui Emma Zunz y María Kodama, Ulrica y tu madre también. Amiga y compañera, lectora incansable y servicial para tu sed de todas las edades.



10 comentarios:

  1. Leí tu noviazgo borgesiano.
    Tus líneas son una ficción onírica y romántica con Borges. Escogiste unos de los versos que más me gustan de Fervor de Buenos Aires como si fueran dirigidos para ti. Has de saber que los escribía a esa ciudad tan fresca y misteriosa a la que llegaba un Borges joven y europeo. El caracter de juego me gusta en tu texto. Pero me hubiera gustado leer más de tu pluma, haciendole contrapeso a esa Borges fuerte y romance de Fervor. Eso me faltó, más de ti, más fuerza en la ficción con unas cartas tuyas de abigarrado sentimiento. También pudiste jugar más con el tono real de la carta. Como si Borges en realidad hubiera escrito para ti, en vez de para la ciudad, pero tuvo que disponer así los poemas para no caer en ese sentimentalismo del que tanto huía.

    Andrés

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    1. Gracias Andrés por tus opiniones tan claras sobre la columna que escribí.
      Saludo,
      Ana María

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  2. ¿Por qué no lo trabajas más? Me va gustando.
    Pero métele más, suéltate más.
    No uses tanto la primera persona.
    Te sugiero que lo trabajes sobre un libro de él.
    ¿Tienes afán con ese texto?
    Porque lo podrías trabajar más.
    Como ejercicio de clase está de rechupete.
    Está muy bieno y luego lo vuelves de verdad un ensayo.

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    1. Es una columna de opinión. Suelen ser cortas.
      Pero vale la propuesta de hacer un ensayo más largo.
      Lo escribiré pronto.
      Saludo y gracias por leer y opinar.
      Ana María

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  3. Mira las fotos de el palo con la playa una intersección de las calles en Medellín Colombia
    La única parte que tiene árboles y palmeras de la calle el palo...

    http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=903266&page=13

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  4. jorge luis borges » limites
    Límites
    por Jorge Luis Borges

    De estas calles que ahondan el poniente,
    una habrá (no sé cuál) que he recorrido
    ya por última vez, indiferente
    y sin adivinarlo, sometido

    a quien prefija omnipotentes normas
    y una secreta y rígida medida
    a las sombras, los sueños y las formas
    que destejen y tejen esta vida.

    Si para todo hay término y hay tasa
    y última vez y nunca más y olvido
    ¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
    sin saberlo, nos hemos despedido?

    Tras el cristal ya gris la noche cesa
    y del alto de libros que una trunca
    sombra dilata por la vaga mesa,
    alguno habrá que no leeremos nunca.

    Hay en el Sur más de un portón gastado
    con sus jarrones de mampostería
    y tunas, que a mi paso está vedado
    como si fuera una litografía.

    Para siempre cerraste alguna puerta
    y hay un espejo que te aguarda en vano;
    la encrucijada te parece abierta
    y la vigila, cuadrifonte, Jano.

    Hay, entre todas tus memorias,
    una que se ha perdido irreparablemente;
    no te verán bajar a aquella fuente
    ni el blanco sol ni la amarilla luna.

    No volverá tu voz a lo que el persa
    dijo en su lengua de aves y de rosas,
    cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
    quieras decir inolvidables cosas.

    ¿Y el incesante Ródano y el lago,
    todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?
    Tan perdido estará como Cartago
    que con fuego y con sal borró el latino.

    Creo en el alba oír un atareado
    rumor de multitudes que se alejan;
    son los que me ha querido y olvidado;
    espacio, tiempo y Borges ya me dejan.

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    1. Este es el poema que Jorge Luis Borges decía que era el mejor que había escrito.
      Saludo,
      Anamar

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  5. Mira que hay tanto Fervor de Borges en la red. No se me ocurrió buscar el título allí solo hacía un homenaje al título de su libros de poemas Fervor de Buenos Aires, y resulta que todas las personas pensamos igual, jajaja
    Ana María

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  6. 25 conversaciones
    un libro de Harold Alvarado Tenorio
    que contiene 25 entrevistas hechas por Harold a personajes del mundo de las letras, solo una mujer María Kodama, página 191

    http://issuu.com/ntcgra/docs/25.conversaciones.hat?mode=window&backgroundColor=%23222222

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Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope