viernes, noviembre 04, 2011

Carta de Marga


El Retiro, viernes 4 de noviembre de 2011


Para las hadas Adalgiza y Ana María y
para la fundación mujer arte y vida
para el príncipe Giovanni de Gorobetas
para Yolanda y María Eugenia
para todas las hadas y para ellos también


Cuando uno no vive en una ciudad, sino que va, por gracia providencial, algunos días en un año; comienza a entender milagros, más palpables que los que le acontezcan en su lugar de origen.

Soy privilegiada, hija nutricia del Valle del Cauca.

Por más de veinte años de ires y venires por sus caminos, he logrado afectos ya indelebles, he visionado paisajes de ensueño, he compartido el alimento y la risa; soy de Versalles, El Dovio, Sevilla, Roldanillo, Ginebra, El Paraíso, Mulaló, Ladrilleros, Zarzal, el Hato de Lemos, La Victoria, la Casa del Virrey de Cartago, o del parque silencioso
de Bolívar.

Y ahora la Universidad del Valle, me hace la merced de publicar mi libro de sonetos, como dejar ir por el ancho mundo a una nao de lajas de madera fina, lo que no me acontecería en mi región.

En un sueño de pabellón rojo, a la manera de poesía china, digo algunos poemas, y luego, unas hadas me llevan a una calle de alto encantamiento, donde un príncipe me permite volver a decir la poesía y me hace sentir como en un hogar prendido de afecto, mientras los asistentes aplauden y la noche desciende la magia.

Como si ello no bastara, al otro día, sábado saturnal con anillos resplandecientes entre los árboles, llego a otro lugar encantado a donde van llegando otras hadas a escribir la poesía.

Y es el abrazo.

Todo esto acontece, al amparo de una palmera y de la mirada de la maga Jovita.

Digan si no tengo porqué sonreír de alegrías y albricias a estas horas mañaneras de la vida.



Marga, la hija de Rosa, en su aposento de la límpida soledad. 



 

2 comentarios:

  1. Y yo sonrío por tener nuevas amistades y abrazarnos en medio de versos.

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  2. Gracias a las hadas y duendes, a la suma sacerdotisa de la ceremonia, a la inspiradora Jovita y a las palabras que generosas acudieron a la cita. Qué fortuna. Gracias a la vida.

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Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope