Por Ana María Gómez Vélez
El tiempo es lo que nos corre por encima y nos desgasta. El tiempo camina
conmigo. Mido el tiempo por la luna. El tiempo suele medirse por sufrimiento y
llanto y debería medirse por momentos de alegría y de dicha. El tiempo de la
ausencia es eterno. El tiempo del abrazo es sutil y parece un abanico en el
aire. La vida de una rosa para la rosa debe ser eterna.
El tiempo y el espacio
están relacionados de una manera profunda.
La percepción del tiempo cambia con
los años. Cuando estaba pequeña el tiempo se medía por meses viajando de
vacaciones. Luego el tiempo empezó a convertirse en la distancia que recorría
hasta la universidad. Ahora el tiempo se mide por el espacio de entregas de los
proyectos y por el espacio de no tener proyectos.
El tiempo nunca debería
medirse por el número de personas asesinadas en las ciudades y el campo. Y
mucho menos el tiempo se medirá por el número de mujeres maltratadas.
Propongo medir el tiempo por el número de
árboles o de flores que encontremos en el camino. Propongo medir el tiempo por
los avances en mejoras de la salubridad del campo y avances en la educación. El
tiempo siempre es relativo a los sueños por realizar.
Ahora el tiempo se acorta, y no podemos seguir contando el tiempo por el numero de árboles talados y de niños y niñas secuestradas. ¿Cómo vamos a seguir midiendo el tiempo?
El tiempo es una nube que pasa.
El tiempo es una nube que pasa.
Ahora el tiempo se
acorta, miro el reloj y ya estoy terminando este texto.
Tiempo. ¿Cuánto tiempo nos queda? Todo el tiempo de la dicha.
Invitación: Este artículo hace parte del programa de radio El solar de Penélope que se transmite por la emisora La Q radiogenero.com los jueves a las 10 pm con repetición lunes 4 pm hora Colombia
y en diferido a la hora que prefieras en La página de Penélope
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Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope