Por Doly Enríquez
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Jairo Varela |
El miércoles 8 de agosto de 2012, hacia las 8 de la noche, el Teatro Jorge Isaacs; escenario donde por más de 25 años, el Grupo Niche nos hizo gozar con sus conciertos llenos de la mejor salsa, fue el espacio para que el cuerpo de Maestro Jairo Varela Martínez empezara a despedirse de su gente.
Centenares de personas en solemne silencio y con sus manos cruzadas atrás; como las venias ancestrales africanas…pasaron una a una frente al féretro del mayor compositor, cantante y director de la mejor orquesta de salsa en Colombia.
Muchas personalidades de la cultura, la salsa, los medios de comunicación, la administración municipal, y por supuesto seguidoras y seguidores de Niche, acompañando a la familia del Maestro en este instante tan doloroso. Al saludar a Yanila Varela; hija mayor del Maestro. Le dije: no deben dejar caer al Grupo Niche. Fue lo primero que se me vino a mi cabeza. Y ella aseveró que sí, con sus ojos almendrados idénticos a los de sus padre. Y es que Yanila es la manejadora del Grupo Niche, dese hace un tiempo ya estaba decidido por el Maestro.
El teatro empezó a llenarse de grandes ramos de flores blancas y amarillas, las banderas de Cali, Colombia y el Valle, testigas de este momento.
Varias personas dieron su saludo de acompañamiento, entre ellas, el profesor Darío Henao: Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle, quien señaló: "me uno al dolor de la familia por la pérdida irreparable, sin duda, uno de los más grandes músicos que ha tenido el país, en nombre de la Universidad del Valle lo seguiremos recordando".
El profesor Darío, recordó que el maestro Jairo Varela estaba escribiendo una novela: "Lágrimas Negras" y finalizó su saludo diciendo: "Ojalá la puedan leer".
Luego, la solemnidad fue sorprendida por las notas del trombón que hizo parte del otro himno de nuestra ciudad: "Cali Pachanguero". Fernando Moreno; trombonista de aquella grabación, del álbum "No Hay Quinto Malo", que en 1.984 dio a conocer al mundo entero que: "Cali es Cali señores- señoras…lo demás es loma". Inmediatamente y al unísono, el público coreó: ¡Viva Jairo Varela! Seguidamente, Fernando se acercó al féretro, brindó el trombón al Maestro, dio la vuelta como en un ritual de despedida y sonó la marcha.
Seguidamente, Goyo; cantante de Choquibtown, subió al escenario y sus palabras compensaron mis ideas, cuando dijo: "me da muchos nervios hablar, porque hoy no es un día de show. La gente del Chocó que siempre amó a Jairo y lo respetó, debemos recordarlo como una insignia del Pacífico. Tengo el corazón arrugado. Que el legado de Jairo no termine aquí. Un abrazo con el alma y palante que es pallá".
Frank Lebrón dijo que "un personaje así, no muere nunca". Y Carlos Guerrero (ex cantante del Grupo niche), habló de la grandeza, el orgullo y la inmortalidad del maestro en el campo musical.
Mis colegas de radio, prensa y televisión pendientes de cada instante de esta noticia.
El día jueves continuaron los acompañamientos, las visitas y todos los elogios de la gente que con pañuelos blancos, discos de 33 revoluciones airaban el nombre del maestro.
Por varios factores, el cuerpo de Jairo Varela, fue trasladado a funerales Los Olivos, en el sur de Cali. Al día siguiente el viaje fue para el Concejo Municipal. La noche del viernes 10 de agosto será inolvidable para mí, pues, tener juntos a: Javier Vásquez, Charlie Cardona, Richie Valdés, Willy García, el pianista Álvaro Cabarcas, el trompetista José Aguirre y el trombonista Fernando Moreno; familia Grupo Niche me llenó de satisfacción estar en contacto directo con esta gente que me ha dado tanta dicha.
El sábado 11 de agosto, el alma del maestro, seguro estuvo sonriente. Pues, fue homenajeado por las calles de su natal Quibdó-Chocó, en medio de una lluvia de claveles rojos y toda la gente acompañando a su paisano. Feliz estaría el maestro a orillas del río Atrato y en la Catedral de San Francisco de Asís donde fue llevado para darle su último adiós en esa tierra que lo vio nacer, esa tierra a la que el maestro añoraba con "Mi Pueblo Natal" y su canción consentida: "El Atrateño".
El domingo 12 de agosto de 2012, en el hemiciclo del Concejo Municipal de Cali, la gente en centenares dando su último adiós. Y en la plazoleta del Centro Administrativo Municipal-CAM- un gran concierto con ex -integrantes del Grupo Niche, entre otros artistas despidiendo al mejor, así fuera cascarrabias, pero su exigencia y disciplina hicieron que la orquesta se convirtiera en lo que es.
Cayendo la tarde, el cuerpo del maestro, llevado a su última morada el cementerio metropolitano del sur de la capital del Valle, pasando por la inolvidable calle 5ta; avenida que tantas veces recordamos cuando cantamos y bailamos "Cali Ají".
No voy a esta despedida porque no quiero ver un Jairo Varela inmóvil no. Quiero retener al maestro como era él; vivo, en movimiento y sereno a la vez, de ojos almendrados apacibles que donde los ponía ahí estaba la clave.
Quiero que quede para siempre en mi memoria lo que en alguna entrevista dijo: "Cali y Niche para mí es lo mismo".
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Qué rico las opiniones son bienvenidas.
Gracias,
Ana María - Penélope